“Qué sucede después de la denuncia”

“Qué sucede después de la denuncia”

Inspirada en la película La Celebración (Vinterberg-1998) y en su propio trabajo, la autora muestra los momentos que atraviesa una víctima de abuso sexual, cuando involucra a su familia y la relevancia que tienen en este problema las redes sociales. | Laura Cantore

En 1998 se estrena “La Celebración” (en danés: Festen), película danesa escrita y dirigida por Thomas Vinterberg. Allí se narra el anuncio de la madre de Cristian, Michaeal y Helena, en una pomposa fiesta de cumpleaños para celebrar al padre.

El padre le pide a Cristian –el hijo mayor- que tome la palabra para referirse a la muerte de Linda, su hermana melliza, que se ha suicidado. Cristian decide poner en palabras el abuso sexual al que fue sometido junto a su hermana durante su infancia y enfrentar a su padre por primera vez en la fiesta familiar. En la película se pueden observar los momentos por los que atraviesa quien denuncia abuso en su familia. 

El primer momento, de alto impacto, es decir la verdad. Cristian muy asustado cuenta en la fiesta de su padre los abusos infantiles. Su padre niega el abuso y descalifica a su hijo con la complicidad de la madre. Lo tacha de fantasioso, le recuerda su paso por las drogas, restándole veracidad a su testimonio.

El segundo momento, no menos significativo, es la falta de confirmación de sus padres y de quienes forman parte de su mundo social. Cristian retrocede, viéndose capturado nuevamente, como en su infancia, por la negación de su propia percepción. Sin embargo, un grupo de amigos del pasado lo sostiene permitiéndole recomponerse y seguir hablando a pesar del amedrentamiento del padre.

En el tercer momento, poderoso, Cristian, habiendo retomado la palabra, ahora apuntalada por Linda (la hermana muerta) a través de una carta póstuma en la que relata el incesto sufrido en su infancia que seguía sucediendo una y otra vez en su mente. Rememora estar atada a un goce que no soporta y al que otro la somete.

Por último, el padre ya no puede negar lo acontecido y lo acepta, diciendo a su hijo: “era lo único para lo que servías”.

¿Qué hubiera sucedido con este hecho si no hubiera habido un amigo que hiciera las veces de testigo y no hubiera existido un suicidio y una carta? ¿Si solo se hubiera contado con el recuerdo de Cristian y el silencio cómplice de la madre y de los otros hermanos?

El desarrollo de la represión en el marco del trauma psíquico que se constituye en el abuso como mecanismo defensivo, explica el silencio de la víctima o la posibilidad de excluir(lo) como evento del campo de su conciencia no pudiendo recordar(lo) voluntariamente. 

Las afecciones conllevan al desarrollo de problemas afecciones psíquicos y/o físicos a corto, mediano y largo plazo si no hay intervenciones especializadas.

Desde el momento en que ocurre un abuso sexual, la víctima puede atravesar por diferentes momentos. 

  1. En niños y niñas puede producirse una disociación por medio de la cual se mantienen las experiencias traumáticas totalmente separadas del resto de sus vivencias cotidianas. Un infante víctima, al no poder impedir el abuso, termina por aceptarlo (indefensión aprehendida).
  2. Transcurrido un lapso de tiempo, a veces muy prolongado, puede ocurrir que llegue a recordar sucesos que tenía ocultos en su inconsciente. Esto se denomina «Revelación Tardía». 
  3. A veces, luego de recibir tratamiento terapéutico, logran hablar y simbolizar lo sucedido. Comienza la reparación. Es éste el momento en que la víctima estará en condiciones de instar la persecución ante la justicia penal, habilitando así su investigación, juzgamiento y castigo. 

Las secuelas son muchas y están naturalizadas. Si no se tratan vuelven a repetirse en generaciones posteriores. Aun hablando del trauma hoy el impacto será sobre generaciones posteriores. No siempre se advierte la relación entre los síntomas actuales que pueden presentar las víctimas y el abuso sexual sufrido en la infancia. La mayoría ni siquiera recuerda qué les ocurrió y otros lo hacen de manera muy vaga e imprecisa.

Las consecuencias que tiene su reconocimiento en el plano psicológico, social y legal son muy temidas: existen prejuicios sociales muy arraigados. Es necesario admitir que el abuso existe para poder pesquisarlo. La negación lleva a las personas a poner en duda su percepción y a desechar la sospecha tempranamente.

¿Qué hubiera sucedido con este hecho si no hubiera habido un amigo que hiciera las veces de testigo y no hubiera existido un suicidio y una carta? ¿Si solo se hubiera contado con el recuerdo de Cristian y el silencio cómplice de la madre y de los otros hermanos?

Hay un dolor invisible. El abuso sexual y los incestos contra niños y adolescentes surgen de prácticas sexuales impuestas por los adultos en detrimento de sus derechos. Estas prácticas están reguladas por el abuso de poder. Con frecuencia ni la familia, ni la sociedad dan la palabra a los sobrevivientes. Suelen ser recién los hijos de las victimas quienes dan la palabra a sus abuelos.

La judicialización y el abordaje de estos delitos, son difíciles por sus delicadísimas implicancias y por la vulneración de derechos que conllevan. El Poder Judicial debe garantizar la posibilidad de investigación y juzgamiento, pues la mayoría de estos delitos quedan impunes no solo por ser este tema un tabú, sino también porque hay amenazas de muerte (psíquicas y físicas).

En el marco de la naturalización del abuso sexual ocurre con alta frecuencia que los adultos en el entorno de estos niños adoptan generalmente una actitud temerosa y/o tienden a negar o minimizar el abuso. La víctima termina culpabilizada y el sistema social encubre o excusa al abusador. Esto hace que la persona no denuncie el acto, convirtiendo el abuso en un secreto.

En este problema subyace lo siniestro. Lo “Unheimlich” en términos de Freud, que significa lo espantable, angustiante, espeluznante. “Heimlich” es lo cotidiano, lo familiar, lo confiable, mientras que el empleo de “unheimlich” denota un núcleo de significado que nos permite discernir en lo familiar, algo que además es “siniestro”. «Lo siniestro es aquella suerte de espantoso que afecta las cosas conocidas y familiares desde tiempo atrás». 

¿Cómo es posible y bajo qué condiciones las cosas familiares pueden tornarse siniestras, espantosas, extrañas?

La voz alemana “unheimlich” es el antónimo de “heimlich” y de “heimisch” (íntimo, secreto, y familiar, hogareño, doméstico). Se deduce que lo siniestro causa espanto precisamente porque nos es conocido, familiar. Pero no todo lo que es nuevo e insólito es por ello espantoso, de modo que aquella relación no es reversible. El espanto lo padece tanto quien se da cuenta de lo vivido como el entorno, al comprender lo sucedido.

 Es importante enfrentar esta emoción tremenda, rescatar sobrevivientes tal como lo hicieron los amigos de Cristian. Esta es una responsabilidad social que posibilita que una víctima se repare, es decir vuelva a pararse.


Cantore, Laura Mónica. Un extracto de su compilación “Reparación Social de víctimas de abuso sexual intrafamiliar. ¿Qué sucede después de la denuncia?” Ed. Lerner. Córdoba. 2024

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